Siempre buscando drama en lo ordinario y lo extaordinario, Diego Céspedes ha encontrado tener facilidad para trasmitir sus relatos a través de una cámara. La fotografía, para él, es una manera de viajar, una manera de trabajar y sobretodo una manera de vivir. Desde chico, sus intereses han girado alrededor de la condición humana y ha buscado, a través de diversos medios, encontrar como evolucionar y desarrollar nuevas ideas.

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Céspedes descubrió su amor por la fotografía en el 2014 y a pesar de no llevar mucho tiempo en el medio, pasa sus días obsesionado en como mejorar y pulir su trabajo. Lo que más ha motivado a Diego es a donde lo ha llevado su trayectoria fotográfica.

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Él se ha encontrado en lugares remotos buscando entender como vive la gente de culturas y oficios distintos; de esta manera, ha obtenido perspectiva y logra profundizar más en lo que es la vida para él mismo.
 
Al graduarse del New York Institute of Photography, Diego encontró trabajo con la fundación comunitaria Oaxaca y de ahí en adelante, ha participado en distintos proyectos al mismo tiempo que ha llevado a cabo proyectos propios.

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Aquel que más le ha intrigado y apasionado, tiene la meta de conocer el mundo de la prostitución en Cuba a través de los sujetos que conforman el mismo.

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"No es muy complicado encontrar una composición que funcione, lo complicado de la fotografía es encontrar un relato significante”.

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Hoy, Diego lleva un estudio de impresión fotográfica con el fin de hacer su pasión sustentable. Entre sus influencias se encuentran: Martin Parr, William Eggleston y Sebastiao Salgado.