Marcela Cadena
Marcela es artista desde que nació. En 1980, ella llegó a la existencia convencida de su vocación. No tardó tiempo en hallar lo que vino a buscar en esta vida: Color.
Pronto descubrió los pinceles y, en aquel momento, crayones de cera con los que entrenó sus primeros trazos. Años más tarde, también se encontró con la obra de Mark Rothko, Pollock y Motherwell, los maestros del expresionismo abstracto, de quienes se confiesa influenciada pero, sobre todo, trastocada y provocada. De carácter alegre y determinado, Marcela se distingue por dos grandes cualidades: Su talento y su perseverancia.
Ella es una luchadora incansable. No teme a soñar porque vive en un sueño en el que todo, siempre, es posible. Por ello, renunciar o claudicar son palabras que desconoce. Ella es instrumento de su corazón que, a través de su espátula y una infinita paleta de color, habla sin razón.
Pocos son los valientes que se permiten esto. Requiere de mucho coraje, seguridad y valor, mostrarse en público, tal cual es uno. Pero Marcela, en su irracionalidad, se deja ver, porque ella vive en libertad. Con apenas 33 años de edad, Marcela se exime de todo cliché. Es única, su propuesta y trayectoria son el resultado de comprometerse a hacer sus sueños realidad.
Ya ha expuesto en Corea, Shanghái, Buenos Aires, Florencia, Nueva York, Puebla, Guanajuato y, por supuesto, su amada ciudad de México.
Su obra es un viaje al alma del ser humano, a esas pasiones claras y oscuras que sacuden nuestra humanidad, es un vistazo al espejo en el que, honestos, aceptamos que lo que vemos es lo que es.